Mi pequeño gran amor,
el que me desvela los sueños,
palideciendo al amanecer,
cuando abriendo los ojos…
despierto…
¡Cuántas noches estrelladas
nos asimos con desenfreno!,
y solo sabes de esas noches
en los versos, que se desencadenan
sin pretenderlo.
Mi pequeño gran amor
el de siempre, mi dueño,
que sin tener la carne
su alma es mi silencio,
y se me abruman las ganas
si encuentro flores sin quererlo,
apoyadas en la almohada
cada vez que yo te sueño…
¡Ay mi pequeño gran amor
del silencio!