El alma anida callada,
son tus letras aladas
que desnudan el cerco,
silenciando el tiempo.
El abrigo que cuelga
tras la puerta, escondido,
me dice que no vendrás
y siento el frío…
La mirada perdida
trae consigo, tu dulzura
de pliego encendido,
alimentando mis sueños,
los que aun persigo,
sin que el destino enturbie
la calidez, ni el ritmo,
tan solo sentirte
en mi mirar escondido.
La eternidad es efímera,
pero allí esta, al sigilo,
carcelera de mi sentir,
de este amor que no olvido,
resucitando cada semana
en un poema que respiro…
LaParka
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Suspiros