…me pregunto donde quedo aquel rayo de sol,
que acariciaba las mañanas de mi alcoba,
murmurando melodías de sabanas sedosas,
enmarcando el contorno de mi dosier...
Quizás también me pregunto, sigilosa en el canto...
¿en qué pared apoye mi regazo cansado?
y ¿donde perdí la mirada, aun fija en la ventana,
que en los horizontes del mundo se esconde cabizbaja?.
Me pregunto ¿qué sabores retozaron en mi boca?...
¿dulzura, dolor, alegría o la nota confusa?...
de esos sabores que solo el alma detecta puros
y que se quedan esclavos en la memoria de la calma...
¡Tantas cuestiones se movilizan en mi cabeza!...
que si es noche o es día, si la tarde es cálida o fría,
si es que estoy despierta o aun sigo dormida...
si estoy soñando o solo soy testigo ficticia...
No hace falta retroceder un segundo en el tiempo
si las preguntas juegan con el viento...
ni voy a nombrar lo que se espera en mi poema,
tan solo las vueltas de las simples letras,
que a las escondidas van manchando
de preguntas el claro papel blanco que aumenta.
Podría matizar mil momentos exquisitos,
pero me los guardo, me los quito...
porque...¿de qué sirve preguntar tanto?
si la respuesta está en cada llanto,
en cada verso reprimido, en cada foto recortado,
en el mudo suspiro o en el adiós del pañuelo blanco...
Preguntas...preguntas que todos hacen,
que escudriñan en mis adentros las respuestas,
hoy tan solo me las hago, dando unas volteretas
y entre versos sin sentido...yo me callo sus simplezas...
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Suspiros