…y allí se quedo…flotando en el aire, como una daga crucificando todo nuestro viaje, floto hasta hundirse en mi carne, hasta clavar tan certeramente sus 3 vocales y consonantes…
Prohibida…la teníamos ¡tan prohibida!, que el día que apareciese sabia que romperías mi vida…aún en un momento de locura, fue tan agobiante leerla sin poder enterarme…
…y se quedo…desangrando en mi pecho, aún callada, entre estos, mis silencios, que desnudaron mi dolor, abriéndome de par en par mi pecho…
Me acuerdo lo que decías, que no estaba en nuestro vocabulario, que no existía…pero allí apareció…así…simplemente escrita…por tus manos donde zozobraban cada una de tus caricias…¡Que total agonía!...sentía mi carne deshacerse en tu porfía…
…y allí se quedo…maldiciendo mis horas contadas entre el dolor y la dicha, de tajarme tan cruelmente y quedarme desvalida…que angustia encontrada, sentía que nada valía…
La nombraste cuando estaba prohibida, y aunque fue borrada, aunque no sabías lo que decías…se fijo ante mis ojos…como una fotografía…
…y se quedo allí…por un lapsus de tiempo, por el momento más doloroso que no conocía…esa maldita palabra marcando mi agonía…
Enredada en mi cuello, asfixiándome todos nuestros días, entre lágrimas y risas, entre amor y sueños que parecían que desfallecían….
…y se quedo allí, con cada centímetro escrita, esa palabra que no pueden borrar ni tan siquiera tus caricias…el adiós…que escribiste…en vez de tus poesías…
LaParka
Un adiós siempre es doloroso, sobre todo cuando es irremediable.
ResponderEliminarFelicidades requeteatrasadas y un beso.